Uno de esos raros episodios de la historia, sucedido en España en la edad media, es un ejemplo perfecto sobre uno de los peligros de los individuos aislados.
El martirio.
Básicamente un Rey Joven, llamado Pedro I de Castilla ( http://es.wikipedia.org/wiki/Pedro_I_de_Castilla ) se encontraba en medio de una serie de guerras internas entre hermanastros y nobleza, y segun cuenta la leyenda, El rey de veinti tantos se encaprichó de una mujer llamada María Coronel. Ella, para hacer que el la dejara en paz, se echó aceite hirviendo quedando su cuerpo horriblemente quemado.
No se si la hicieron santa o no, pero si es un acto estúpido.
Las alternativas eran muchìsimas:
* la muerte uniendose a los bandos rivales (ya habian matado a su marido los hombres del rey por otra causa)
* volverse favorita imperial, decir que si al rey y cambiar el reino a traves evitando el destino de blanca de borbón.
* Decir que si al rey y matarlo en las sàbanas.
* suicidarse
* vivir como campesina en otro estado pais y oculta.
Y lo que se le ocurre es echarse aceite hirviendo encima. Actitud elogiada por muchos, pero bastante estùpida aunque honesta. Por sentido común el echarse aceite hirviendo no era lo màs sensato, pero el parentesis es:
Pase l oque pase, nadie está obligado a darse un tiro en el pie, ni a mentir.