Como comenté antes en los azulejos, el 6 de Noviembre voy a estar en una ceremonia que no se ha hecho en muchos años. Es una de esas ceremonias que suceden solo una vez en la vida, y que no son para resguardar el legado o el potencial de la civilizaciòn sino de una sola persona, y no es por mí, sino que soy el unico disponible.

La fecha se acerca para mi, y pensando en las implicaciones de esa ceremonia, pienso en lo que signfica para algunos ver el cielo, cuando saben que van a morir ese dia o un poco despues.

En mi caso, no representa un reto a mi salud, sino un simbolo de compromiso con algo más que lo que me ha sido enseñado. Hace unos dias entendí algunas razones de las actividades del camino rojo, y las razones que entendí pueden ser utiles en combate, pero a veces una verdad simple, y comprobable, demuestra de manera unica las fallas de la sociedad moderna, y de muchas cosas antiguas.

Ciertas fallas transmitidas por la sociedad, pueden solucionarse en acciones individuales, y no por simbolo de respeto a una persona o tradiciòn, sino por respeto a uno mismo. 

Faltan pocos dias ya, en lo que cabe, y pienso que sería mas fácil no hacer lo que voy a hacer. Pero soy yo o nadie, por la naturaleza específica de la ceremonia.

Es duro.

Decía mi maestro que cuando las cosas te quedan grandes, debes de crecer.

Y en este caso las dos posibilidades, seguir como estoy o desatar el cambio, tienen mayores implicaciones sobre otros. Y por eso lo correcto es hacer lo impensable.

Morir es el camino fácil, y en el contexto de esta ceremonia, sería lo mas cómodo. Pero hay personas que esperan que acepte lo que significa esa ceremonia, es mi deber y es lo único que es a la vez igualmente salvaje y humano.

En cuanto a las consecuencias y limitaciones, hay sin embargo un renacimiento. Por unos meses una carga asfixiante, pero al mismo tiempo desde unos dias antes de la ceremonia hay una serie de cambios de reglas; nuevamente las posibilidades de juventud mas la experiencia de varias batallas, combinandose en un nuevo modo de encarar el mundo; nuevo por ser nuevamente recordardo, antiguo como el encierro de la sangre.

Vive libre y respeta los lazos asumidos en privado, para vivir de manera honesta, y recuerda que las cadenas rotas son armas y no ataduras. Puedes jurar no usar la espada, pero las cadenas rotas nadie puede quitartelas, excepto tu.

Nunca estarás desarmado si vives libre y respetas tus juramentos.

Por ahora, solo es un recordatorio que decidí hacer un nuevo salto al abismo, no tan facil como el primero.