29 de diciembre, otro proveedor de uno de mis clientes falló y estoy otra vez solucionando problemas.

Es curioso. Por algo el ser perseverante y confiable me ha permitido siempre tener empleo seguro, le pese a quien le pese.

Lo que no me gusta es tener que solucionar problemas de terceros en fin de año. Va a ser cuestión de quince a veinte llamadas telefónicas y unas tres horas de programar para resolverlo mañana mismo.