Me espera una semana de lo más extraña. De entrada no encuentro a cinco personas de empresas diferentes.

Tengo tres juntas para esta semana, con clientes diferentes. Dos son para entregar avances y una para nuevas necesidades.

Es posible que me toque una semana especialmente rara.

Poco a poco he entendido como algo en especial que me dijeron hace 25 años, sobrepasa casi todo lo demás, menos la importancia del trabajo. Es decir, después de la importancia del trabajo, ese segundo punto es brutal.

Son las dos de la tarde. He cerrado el cobro de tres operaciones el día de hoy y cotización para otros dos proyectos. Uno de ellos deja un extra mensual como de 2 mil de ganancia, si se resuelve a favor. No es venta de una sola vez.

Por otra parte, hablando con el cliente principal, me comentan que les está pasando algo parecido a lo que me pasó con una de mis empresas en Colima Hace diez años, y más recientemente en el 2009. Pero ese caso es de locos. El gobierno quiere que les sigan facturando y surtiendo, pero les tienen detenidos casi ocho millones de pesos en pagos (500 mil usd aprox). En el 2009 con la empresa de Eduardo nos quejábamos con un retraso de 700 mil pesos, pero esto es de locos.

Oigo a lo lejos pláticas mientras espero que compile un PHP al que le instalé una versión diferente de PDF. Esas conversaciones que ya pasé hace muchos años. No acabo de entender porque personas acabando sus 20s están tratando de resolver algo que resolví a los 19. Y para acabarla de amolar, conozco varios que tienen más de 30 años y no han resuelto ese asunto básico.

Dan ganas de agarrarlos a patadas, pero tienen suficiente castigo con llevar ese tipo de vida.

¿Llegará el servidor esta semana?

Casi es la hora en que salen los de contabilidad de esta oficina. Debo sacar un respaldo antes de ponerles la nueva versión del software. Son una maravilla los discos duros externos.