Cuando suena la alarma el cofre está aquí

Es una tarde de miércoles, mitad de semana, y me encuentro volando en el espacio llevando uno de los últimos caracals en Eve Online, escribiendo esto y justamente acabando de preparar documentación para ir mañana al ministerio público. Lo que llevo es lo que me pidió la segunda ministerio público, para el citatorio de hoy en ocho, pero lo llevo por si me lo pide también la agente de la otra averiguación. Son dos casos relacionados.

Mientras escribo, me comentan que una de mis medias hermanas en USA está en un asilo, tiene tres hijos y dos hermanas directas allá, y que probablemente no sobreviva hoy. Me hace acordarme de cuando ella me localizó por internet en el año 2000. Ahora debe tener unos 67 y serios problemas de salud. No es mala persona. Sin embargo, en una de sus tantas visitas, en 2020, me dio COVID, no fue ella pero seguramente fue en el restaurante al que fuimos, a pesar de todas las precauciones. En eventos como este de vida o muerte me acuerdo de la familia del lado paterno y cómo me distancié de ellos por causa de fuerza mayor en 2005. Sigo hablando bien con ellos, pero no es por la muerte de parientes que no hablamos, sino que hay cosas que son de diferentes épocas. Me llama la atención también que de la reunión de todos los primos Orozco, que éramos unos 35, soy uno de los dos únicos que no fue y la verdad no me acuerdo del otro que era. Yo estaba fuera del país y me enteré una semana después. Mi padre me dijo que uno de mis tíos pagó el avión de todos a la reunión. Según mis cálculos mi padre murió ese año o el siguiente.

Del lado de mi mamá tengo poco contacto por haberme criado con mi papá. No hablo demasiado, no hay problema con nadie, y varios se apartaron por sus conflictos internos. Y una que se trató de pasar de lista con mi mamá acabó con averiguación previa cuando me enteré. Al final mi madre decidió que como soy el único que me preocupé por ella, después de la muerte de mi tío Héctor, ella misma cortó todo el trato menos con tres de mis primas. Eso sí, muchas alumnas de sus clases de pintura y de la época que manejó recursos humanos en diversas empresas medianas en el interior del país.

Del lado de mi padre la muerte de dos o tres personas empezando por mi abuela deshizo el núcleo familiar firme que hubo. Me acuerdo lo que era salir de aquí del DF a las 5 de la mañana y llegar a las 11:30 a casa de mi abuela en Guadalajara. O quedarme meses con mi abuela y una tía mientras mi padre estaba de viaje de trabajo en Europa y USA. Muchos años fueron así. Y supe que mi abuela y tía le dijeron a mi papá, cómo lo vas a criar solo, y sí lo hizo. Su trabajo se lo permitía. Así que aunque en mi vida solo vi a mis padres juntos cinco minutos, una noche en Cuernavaca, no me di cuenta hasta mediados de los 80, entre los 13 y 15, que muchos niños se criaban con papá y mamá. Y eso que trataba seguido con las familias de mis primos de Guadalajara y de México, simplemente nunca me di cuenta por el modo en que lo manejó mi papá.

Mi madre quiso que la cremaran con ropa cómoda. Con mi padre era obligatorio uno de sus trajes finos. Creo que el que se usó era de tela de Inglaterra, que le regaló una persona interesada en la música clásica. Y me acuerdo que ese traje costó trabajo encontrar quién lo hiciera, porque no querían meterse con la tela de lo cara que era. Los dos tuvieron coro, en mi padre en su funeral fueron cantantes de ópera, compañeras de trabajo, en el caso de mi madre de la iglesia del México rural. No sé si yo tendré coro, pero cuando muera lo importante de mí no estará en mi cuerpo.

Trabajé unas dos o tres horas hoy con lo del cliente diciembre, sí era una reconfiguración completa. Fui a la peluquería pero estaba cerrada, iré mañana. Y llevo unas dos horas preparando papeles del ministerio público. No sé si mi hermana muera hoy mismo, que es lo más probable. Ir a USA de momento no es buena idea entre otras cosas porque mi hija está saliendo tarde del trabajo, y por otra que con el relajo que se traen con los mexicanos de momento no tiene caso. Por lo menos sé que están allá sus hijos y nuestras hermanas.

En mi caso en una semana a partir de ahora sabré más datos de lo que suceda con el cliente de los módulos, y de las dos averiguaciones previas. Pero en cuanto a mis hijos no pienso demasiado en ellos. Con mi hijo es mejor no tener contacto, cosa que ya se dio cuenta mi hija viva, y en realidad no importa quiénes son tus hijos porque puede darte gusto que hagan algo pero sentirte orgulloso de sus logros es como estar orgulloso que ganó un equipo de fútbol. He hecho lo posible para ayudar siempre, pero como diría mi padre, ser árbol de frutos y no de leña.

Veo varios posibles futuros para mí en este momento a cinco, diez y veinte años. De momento por todo lo que está pasando veo un poco inciertos los próximos tres meses, y los planes de contingencia hacen que ciertas cosas sean solo una molestia menor. El fin de año probablemente me va a agarrar trabajando y haciendo servicio social al mismo tiempo. Tengo al mismo tiempo pendientes por hacer que de momento no puedo ni debo hacer, para no distraerme, en cuanto a personas que debo ver y comidas sociales pendientes. Simplemente es mejor de momento esperar. Lo que está pasando de momento no es siquiera una batalla, es una obra de ver a las personas darse en la torre de una manera u otra. El caso de las averiguaciones previas que he iniciado, ni en este caso ni en las de la secta o de la madre de mis hijos o las levantadas para clientes o mis propias empresas, hay algún compromiso emocional. Ir a ciertos lugares debe ser siempre con los ojos abiertos y sin emociones; no puedes llegar a ciertos lugares con un corazón limpio sin capa protectora, solo se ensucia. Así que de momento, hasta que llegue el momento de dejar que las cosas sean, tengo que tratar de proteger lo que puedo proteger, estar tranquilo y de buen ánimo.

A punto de dejar de escribir suena la alarma, es hora de cerrar el cofre de las galletas en el monolito en que ya no estoy, y el cofre de galletas está aquí.

edit: A las 17:55 me confirman que falleció. Descanse en paz