El título está medio raro y es un post filosófico.
Como quizá ya se hayan dado cuenta, los lectores, tengo muy buena memoria. Sí, hay cosas que inhibo y medio olvido, pero la idea central y la mayor parte de los detalles permanecen de lo que he visto desde los seis años. No tengo memoria absoluta o eidética, pero recuerdo cosas como el nombre de la calle y los perros de una prima en Echegaray a la que fui a su casa una sola vez a los 7 años, o el vestido usado por la cantante que hacía de Violeta en cuatro funciones de «La traviata» en Chihuahua en 1980, siendo mi padre el Tenor. (María Luisa González Tamez era ella). O cuando ella me buscó y yo estaba subido en un depósito de agua a unos 30 metros de altura en el hotel en Chihuahua. Otros recuerdos que he comentado son las tramoyas de los teatros de ópera de varios países. O de los teatros universitarios donde yo actuaba en obras de teatro experimental como parte del perfil académico.
Son ejemplos.
Soy de los que leen todo lo que llega a sus manos, y si no hay nada decente, me pongo a pensar. En este caso, me acabo de dar cuenta de un paralelismo y de una solución brillante ideada por escritores de cómics en 1985, y de algo que yo me enteré en 1997, aprox. Pero hoy me dí cuenta de algo fundamental.
He comentado que trabajé por hacerle un favor al jefe de mi empleo principal, allá por 1997-2000, en una agencia de publicidad que entre otras cosas distribuía cómics. El 5 de noviembre de 1997 me encontraba yo sentado en una banca improvisada en Plaza de las Vizcaínas, con un poco de problemas de dinero (estábamos en una situación estúpida de autosabotaje por cinco personas en el trabajo principal) y estaba yo sentado esperando a que llegara una persona de la agencia que tenía que ir al Rebusque. El Rebusque era una librería increíble, de saldos y cosas de otros países, en Eje Central de la Ciudad de México. ¿Que por qué me acuerdo de la fecha?
Pues por V de Vendetta.
Estaba yo en ese lugar esperando a que llegara un coche con uno de los de distribución de la agencia de publicidad, para llevarlo al Rebusque. Así que llegó, se estacionó, y entramos. En ese momento era casi seguro que me pagaran al día siguiente de ese ingreso.
Mientras él veía lo necesario, yo me puse a caminar por las mesas y vi V de Vendetta de la que habían hablado, en edición de Zinco, y otros cuantos. Infinity Inc. (serie de superhéroes de los 80s que aparecen lateralmente en la serie de live action Stargirl) y algunos más. Creo que también vi a The Question, inspiración de Rorschach.
Y vi… El Mercenario de Segrelles. Edición completa de lujo, de historias al óleo, y que era mi comida de una o dos semanas si compraba los tomos de las dos historias, El Mercenario y La Fórmula.
Yo conocía El Mercenario por la revista española CIMOC de 1985 que llegué a comprar en una librería de la calle de Gutenberg en 1985 con mi papá, mientras él compraba otras cosas.
Los que no saben qué es El Mercenario, búsquenlo en internet. Es de una calidad impresionante.
El caso es que dije: «Puedo vivir de avena y puré de papa y unas dos cajas de leche en lo que cobro». Me despedí de la persona de la agencia y salí con mis tomos del Mercenario, unos cuatro de Infinity Inc. y V de Vendetta. (Los que no han leído la historia, la película no le hace justicia a las dos escenas más fuertes). Y eran como las cinco de la tarde, así que crucé la calle hacia la Plaza de las Vizcaínas y me senté para anotar en mi cuaderno si había algo que hacer.
Tenía presente que tenía que comprar algo en la Plaza de la Electrónica, pero no me acordaba qué. Así que para hacer tiempo abrí V de Vendetta. Y la historia en la primera página decía: «Una noche del 5 de noviembre de 1997». Y era la fecha de ese día.
¡Shock absoluto!
Me enganché leyendo hasta que V vuela la cárcel-hospital y sale desnudo.
Ya en la casa, resultó que era toda la serie de Infinity Inc., de Zinco, desde la creación del grupo hasta el final de la serie, varios altibajos, pero con personajes increíbles como Fury (que era la hija de Wonder Woman y Steve Trevor).
Unas cosas estúpidas en el argumento, como Silver Scarab, pero la parte que me interesa es que al final, además de matar a Sylvester Pemberton (Skyman) de la manera más absurda posible, (con Mister Bones y Solomon Grundy de por medio), la historia final era «Los Últimos Días de la Sociedad de la Justicia».
En resumen: En 1985 hubo un crossover para simplificar la continuidad de DC Comics, y como parte de eso salían sobrando las versiones originales de los héroes de la Edad de Oro, unos 10 más o menos, pero no podían matarlos a todos. Así que el argumento (que no se veía muy inteligente) era que esos héroes se quedaban en ese mundo alterno peleando contra nazis y los monstruos mitológicos del Ragnarök nórdico, del ocaso de los dioses. En su momento me pareció una solución barata. Mezclar la Lanza del Destino de Parsifal no tenía mucho sentido narrativo, aunque la he visto en otros libros.
En ese mismo momento pensé que había paralelismos con la película de dos años antes de Stallone sobre el Juez Dredd, donde Max von Sydow hace de El Juez Fargo, el juez que lo entrenó a Dredd, y va a pasar el resto de su vida fuera de las murallas peleando contra el mal.
Es exactamente el mismo paralelismo: el Juez Fargo y V que se retiran o salen al mundo. Y en el momento en que Rorschach es capturado y le comentan que lo van a encerrar en la cárcel, él dice: «¡Ahora están encerrados conmigo!». Es lo mismo que la Sociedad de la Justicia.
Y hoy de repente, 28 años después, vi la parte épica de la mezcla con Ragnarök. La historia cobró total sentido.
Ese retiro del Juez Fargo, o la salida de V del jardín, o el encierro de Rorschach y de la Sociedad de la Justicia, no es rendición, sino un combate eterno en un frente diferente.
Ahora vamos a los seres voladores, y no me refiero a los extraterrestres de Carlos Castaneda en «Los Pases Mágicos» que son de la misma época y fueron escritos por un escritor por encargo. Es el mismo estilo de las escenas del burdel y el empresario Jorge Campos. Es el mismo libro.
Más ghostwriter que eso no hay. Esto no es el Castaneda original, sino producto de alguien acabado, drogado o un ghostwriter.
Es sabido que hace años conocí a unos maestros tradicionales de tradiciones mesoamericanas reales en Jalisco. Uno de ellos les explicaba a unas personas que las flores atraen abejas (que no necesariamente son parásitos), y también atraen parásitos.
Regla Uno: Las abejas son atraídas por la miel. Los parásitos se acercan a las flores, y los seres humanos decentes pueden acercarse a ellas por puro placer visual u olfativo.
Pero en la realidad…
¿Quién tiene perros en su casa? Si el perro hace del dos (sólido), hay que limpiarlo, y aparecen moscas. Y algunos perros tienen ese «talento»: cuando van al baño atraen más moscas que otros más grandes.
Regla Dos: Cada quien se alimenta de lo que puede.
¿Qué hacen las personas decentes? Riegan las flores, limpian lo dañado. No arrancan las flores. Las tratan con respeto mientras viven y tratan de que vivan más. Las gracias del perro, no.
Así que, usando una metáfora, es una situación donde los parásitos arrancan las flores y buscan comida porque no pueden ganarla por sí mismos. Sí. Algunos se alimentan de popó. Pero las personas valiosas hacen algo diferente. Desde Parsifal al Juez Dredd, o la misma Sarvan de Cimoc (No apta para menores), todos tratan de proteger, no de arrancar.
Hay un momento donde el Jardín de V crea lo necesario para que el material de abono (el fertilizante) vuele la pared y libere a la gente.
Me encuentro, de momento, en un momento más parecido al juego de Frogger, la ranita que cruza la calle.
No hay presión de tiempo ni nada a quien proteger. Mi vida, por ética, se parece más a salir a la calle en autodefensa. El Vengador Anónimo de Brian Garfield, Duro de Matar (o La Jungla de Cristal de Bruce Willis), y lo que llamo entorno de Combate Corporativo.
Pero no puedes limpiar Chernóbil. A veces hay que volar la pared. No me acerco a la última batalla como el juez Fargo… pero…
Hay momentos en que el juego es otro. Tipo Space Invaders. Una batalla que no terminará nunca, porque buscan parasitarte o explotarte. Los que somos Jabalí en el Zodíaco Chino, pasamos mucho por la situación de que muchos tratan de merendarnos. No me encuentro encerrado, y a mis 53 años tengo buena memoria.
Usando una referencia, estar encerrado para otros es rendirse. Otros, como Rorschach o la Sociedad de la Justicia, PELEAN.
Esté la puerta cerrada o abierta, hay que combatir a los parásitos. Y veo que el entorno está cambiando esta semana a Space Invaders en lugar de Frogger.