Este fin de semana me vi forzado a ir con mi esposa a la fiesta de fin de año de nuestro antiguo cliente principal. Como ella trabaja conmigo, era necesario que me acompañara. Las razones para ir a CIERTAS fiestas de fin de año son muchas, pero en resumen, si van a tener rifa, mas vale que vayas porque si te sacas algo y no estas, se acuerdan de ti como no parte del equipo. Hay otras razones para ir, y aqui se daban todas. Como siempre tuve la precaución de comer bien antes, asi que mi esposa y yo pasamos a comer futomaki (sushi) antes de salir.

Lo que caracterizó este viaje fue la insistencia de ir en uno de los cinco autobùses contratados por la empresa mas una serie de indicaciones específicas sobre el viaje, supongo que para mejorar la integración. Llegamos al lugar a eso de las ocho de la noche, un pueblo cerca de la planta del cliente, a unas cinco horas de la ciudad de Mexico.

De manera personal para mi este viaje era extraño porque el 17 de diciembre de 1988 tomé una serie de decisiones que cambiaron mi vida, relacionadas con una fiesta. Sin embargo en esta ocasión me coloqué en el primer piso del salón de fiestas (una discoteca preparada para los 400-600 invitados). Vi a muchas personas borrachas. Con mi esposa en la parte de arriba nos sentamos junto al gerente de ventas , y nos quedamos viendo a una mesa que teníamos delante. Nos tocó ver como unas diez personas iban sacando a bailar a otras. Una de las damas jovenes tuvo que defenderse de manera discreta de un supervisor borracho que le quería meter mano. Fue llevándolo con tranquilidad y cuando estaba a punto de levantarme se acabó la música. Luego otro sujeto sacó a bailar a la misma chica, sabían bailar. Se divertían. Sin intenciones secundarias… pero sin pareja propia.

Una pareja de empleados de la planta estaba en una esquina con dos gemelitos de un año. Se sacaron un combo de tres aparatos de cocina de buena calidad. Estaban felices.

Mientras mi esposa y yo ibamos por la segunda tanda de guisado comentamos acerca que la gente buena necesita poco para sentirse feliz.

Y vino a la mente que en el viaje de ida unos vendedores metieron de contrabando botellas de tequila al autobús, llegando ya medio happys varios de ellos.

Al llegar al pastel y la rifa de los 25 mil pesos, me puse a pensar en mis propias circunstancias de 28 años atrás. La naturaleza odia el vacio. Mi padre me enseño muchos de los modos de ver el mundo, pero al mismo tiempo fue claro al igual que mis maestros tradicionales que hay personas buenas, que hacen del mundo un lugar mejor para vivir, y otros que nacimos para el combate, como prioridad, protegiendo ciertas cosas que a su vez no tienen nombre.

Al salir porque era hora de retirarnos, di gracias por el recordatorio. Siempre hay personas que hacen del mundo un mejor lugar para vivir. Me encontré en la reunión a un hermano del director general, diez años sin verlo, sigue en las mismas, programando.

Por cuestiones técninas era mas práctico regresarme en otro autobús con mi esposa, asi que eso hicimos. Sorpresa, varios de otros autobuses tuvieron la misma idea.

Así que de regreso me tocó venir con mi esposa y tener como compañeros a una dama que consideraba seria por los cuatro años de que la conozco y que estaba hasta atrás, muy bebida. me tocó ver através de los ojos del alma, y me parece que detecté un tumor o algo. Quizá por eso se emborrachaba. Su esposo tranquilo, iba de acompañante, y en un momento dado me di cuenta que el baño estaba cerrado, así que en la caseta que era zona militar/federal el autobús se paró y me encaminé al baño, el esposo de la chica bajó también y era la misma razón de ir, demasiados refrescos para no beber alcohol. Zona federal, sin wc, así que delito ir al baño, los guardias nos dieron permiso y regresamos de volada diciendo que buena onda los militares. El marido, como yo, iba a la fiesta porque era lo correcto. El es gente buena que no se dejaba llevar por el licor y que se veia bien tranquilo. Militares decentes.

(update 2023, esa dama murió de cánce ene enero o febrero 2023)

Los pasajeros del autobús eran de sueldo mas alto que la mayoría de los administrativos. Creo que uno gana mas que yo (gerencia), luego mi esposa y yo y los demás eran de los bien pagados de oficinas generales.

Y una chica de 44 empieza a decir que tiene 44 años, madre de una de 23 y una de 10, con una nieta de ocho. Otro de soporte técnico de sistemas iba con una persona que eran la primera vez que salían y entre los dos contrabandearon una botella de tequila que compraron. La de 44 trajo otra comprada también. No pude ver bien a las personas en general, pero al final se quedaron platicando en el regreso mientras nos dormimos mi esposa y yo. Luego escuché que el de soporte se cambió de asiento ocho o nueve veces para platicar mejor, no se si la dama se había dormido.

A final de cuentas, lo peor de los dos mundos, y del entorno, en ciertas personas que supuestamente tienen nivel de ingresos y educación. La chica de la primera cita , está simplemente en el momento de la suerte, de la suerte depende si llega a una persona nueva o va a un mundo diferente. Es como un ave que puede llegar a salvo por suerte si aparece una rama. Nota : despues me enteré que la dama posiblemente valiosa iba como amiga de la abuela de 40. Caso perdido.

Y lo mismo. Vale la pena defender el mundo que son esas personas que sin ser pareja se divierten y a la familia de gemelitos, pero no hay porque mover un dedo por ayudar o salvar a todos los demás. Quizá al esposo que iba de invitado y a los militares.