Me tocó oír unas diez habladas y un insulto dirigido a mi hija. Era necesario quedar callado y no buscar un enfrentamiento. Tengo que explicar a mi hija unas cosas después.

La playa ayer fue mucho de bandera roja. Calculo que he estado en el mar unas nueve horas y unas tres o cuatro en la alberca. Son las dos o tres am.

Tecolutla es una ciudad tranquila. Hay quizá hoteles cinco estrellas pero no son obvios. Me quedé en lo que parece ser uno de los tres mejores de la ciudad y cerca de la playa. Sólo hay un cajero ATM.

Sigo con ganas de ir a Tuxpan. Quizá en marzo.

Ya compré la cena de año nuevo. Calculo regresar hoy a CDMX no por dinero sino por los perros.

Este hotel es bonito y con vista al mar. Me duele un poco la espalda. Es mi tercera noche aquí y no es mi tipo de colchon.

Estando ayer en la palapa ví cruzarse otra realidad. Al meterme al mar solo una media hora después todavía estaba bandera amarilla. A 50 metros de la playa de repente veo que no estoy solo. Es un cruce. No es nadie de este mundo.

No hay mucho sol. Que haces aquí , me pregunta la voz. Estabas en la palapa. Y tengo uno de los diálogos más surrealistas de mi vida con la dama de otra realidad.

Decido regresar a la playa. Están cambiando las banderas amarillas por rojas.

La dama no es aquella a la que llamo Margarita, por los nombres al azar. No soy Fausto, no es esa Margarita. Más din embargo hay otras realidades. Ella no está en 95 por ciento. La realidad con la que me crucé en ese mar en calma, sin sol, es de menos de uno por ciento. Incluso es algo imposible pero que está siendo allí. Incluso las realidades dónde la madre de mis hijos NO o se vuelve loca, son mayores que dónde estuve a 50 metros de la playa.

Me espera mucho trabajo hasta mediados de febrero. A dos de las últimas habladas de mala leche dije ayer. Que esperas que te conteste?

Las realidades se cruzan y se abren caminos para mi y se cierran para otros. Soy un hombre decente. De la habitación de hotel oí ayer que huele a café. Tengo 6.5 kg que llevaré a CDMX para regalar.

Escribiré más llegando a CDMX. Paso a privado de momento el texto.

PD: Al legar a México Tres o cuatro habladas Mas insultos a mi hija y un reclamo por cosas que no vienen al caso desde mi punto de vista. Que esperan que conteste? Una ventaja cuando el insulto es de una mujer, es que la violencia física no procede.