En ocasiones, al terminar mi jornada de trabajo a mediados de los 90s, me regresaba a la casa pensando en las tonterías ajenas , y los problemas causados. En los diez años entre 1991 y 2000, estuve en tres empresas diferentes, aunque varias de ellas con diversas razones sociales. En ocasiones mi trabajo era «Bloquear» pendejadas ajenas, aunque mi trabajo oficial era otro. Siempre me referí a algunas actividades como «prever las contingencias de servicio».

Este fin de semana revisando unos papeles encontré una relación de actividades diarias que hice aproximadamente en 1992. No le vi la fecha. Mis actividades de ese dia fueron cinco hojas escritas a Máquina mas una adicional de llamadas a proveedores, como paso defensivo a un jefe inmediato que quería darle mi puesto a su sobrino.

Pausa.

En ciertos años, me puse y pasé limitaciones antes de comprar una casa o departamento. Tenía razones para hacerlo. Ahora, me acuerdo de ocasiones en que llegaba a la casa un viernes, para  preparàndome para salir de viaje a Querétaro, Guanajuato, Oaxaca o Tamaulipas, que eran los estados en donde estaban la mayor parte de las cadenas de Farmacias  y las perfumerìas. Me encaminaba a veces a la central de autobuses o al aeroupuerto, directo del trabajo, maleta en mano. Por lo general el 90% de lo recibido lo destinaba al pago del siguiente objetivo.

Llegaba a la casa por lo general el domingo en la noche o el lunes después del trabajo normal. Abria figuradamente la alcancía y caía desplomado pensando objetivo conseguido.

Ahora la situación es rara. Mis clientes estàn pasando por problemas, el paìs està pasando por problemas, ye el mundo esta pasando por problemas.

Es regla general que recibo un pago decente por estos dias, y asi fue. Objetivo conseguido. Se libró otro mes de pandemia.

Yo puedo seguir en estas circunstancias varios meses, pero es por la misma razón que en los noventas. Hay un objetivo claro y realizable, y evaluaciones propias mensuales de logros de objetivos.