Dia raro. Sábado. Solo tengo como pendiente hacer algo dle cliente del proyecto de diez dias de diciembre de hace 3 años. Eso va mañana.

Me preparo para salir a lo que Castaneda llamaría un viaje de poder, sin saber el que es eso segun las tradiciones mesoamericanas.

Mañana domingo :

  • Practicar un poco si se puede para la fiesta del miercoles – dia de los monolitos
  • Trabajo de diciembre
  • Ir al lugar de la fiesta en cuestión a preguntar la mecánica cuando llevas chofer. Si, ya esta lista la camioneta avanza.

El Lunes o martes

  • Reporte trimestral el horrible.
  • Ir a la tintorería y a la peluquería.
  • Revisar de los certificados trimestrales
  • Enterarme si sale Mateo, que es decente. Se descuidó esta semana pero quizá le cuesta el puesto.

El viernes me encontraba hablando con la Dama Margarita o con la dama con nombre de piedra preciosa, sobre Grandes Esperanzas, de Dickens, y la frase aquella de «no podemos cambiar lo que somos.». Pero implica mucho por muchas cosas.

Estas dos semanas no he podido casi descansar. Calculo que he resuelto unos 200 a 300 asuntos regulares de trabajo de los monolitos. Literalmente 23 asuntos diarios era un día bajo. Incluso hoy sábado ya tengo dos asuntos.

Como no pude descansar gran cosa, como ruido blanco vi Citadel Honey bunny en segundo plano, y estoy por el segundo episodio de Citadel, Diana.

Ayer me recomendaron una serie corta peor muy buena de 2019 en Netflix llamada Princesa de la triada. Es increible que no hayan hecho segunda parte. Es un final abierto.

Ahora bien…..

Me he encontrado en diversos momentos que mi «doble identidad» o «doble perspectiva del mundo», como dueño de empresa y como el Caballero de Oros, me han llevado a momentos de violencia como los de la serie. Me he enfrentado a personas que usan cuchillo varias veces. Las heridas de mi brazo fueron contra tres personas armadas, dos de ellos con machete.

Y Estoy vivo.

No me mueve con rabia, emociones, sarcasmo. Tarto como Arjuna solo de acabar la batalla.

Pero en esa historia al ver los deseos contradictorios de los dos protagonistas, me encuentro acordandome de que los que te quieren hacer enojar son el enemigo. Pero tambien los que te piden renunciar a algo. Si eres una persona que solo se rige por lo noble y por lo bueno, pedirte que renuncies a algo, es raro. Si es valido que le pidan a alguien que no pasa en la historia de renunciar a drogas, vicios, etc. Pero en ese caso los protagonistas les piden renunciar a lo único decente que han conocido por razones idiotas.

Pero…

Hace unos años un buen hombre que conocí me comentaba de una situación de renuncia al mundo que le pasó; era una situación de Tristán e Isolda. Y a sus  espaldas ella hizo dos fregaderas, para conseguir un puesto en el gobierno. Ahora en 2024 ella está en la misma situación que a sus veinte años, solo que está sola y hecha mierda y mas cerca de los 70.

El fue Tristán hasta su muerte, una muerte en paz. El hecho de saltar juntos al precipicio, no la poción de amor. El sobrevivió y murió bien. Ella murió por dentro y esta viva, mas cerca de ser un vegetal que una persona.

Ahora bien, tuve un momento así es el titulo de este tema.

No por Tristán e Isolda.

Básicamente hay un momento en la serie de «La princesa de la triada» que me hizo acordarme de dos cosas. Mi papá y una chica de su juventud llamada Estrella (largo de escribir aquí pero historia contada por mi abuela) , y otro ESE momento personal, uno de tantos donde Astarté llamó a mi puerta literalmente y que provocó unas horas inolvidables en el ambiente familiar (17 porque ya tenía cierto coche). Solo que en ese caso el asunto se resolvió por una estupidez despues de unos tres meses el 12 de octubre de 1989. Aprox de julio o agosto a Octubre 12 1989.

Si, tuve ese momento.