Con el paso del tiempo noté que escritores medianamente entretenidos en sus inicios, como Stephen King y Paco Ignacio Taibo II, tuvieron unos libros interesantes al principio y en medio, y luego algo pasó. Harold Robbins es otro. Creo que Sidney Sheldon, menos » A cara descubierta», conservó su calidad en todos sus escritos.

Llevo tres  meses preparando una serie de batallas que espero den su resultado en dos meses, dentro del ámbito de mis negocios. He estado en ocasiones pensando en la diferencia de El Stephen King del cuento corto «camiones», o de libros como «La danza de la muerte», y en bodrios como «la torre oscura» y otros cuentos cortos que aunque son de buena calidad, no tienen alma. Por ejemplo, de su época como «Richard Bachman» solo «la larga marcha» tiene esa calidad inicial.

Llevo semanas evitando «emitir» en blogs porque no puedes emitir a la vez que tienes el cerebro en otra parte, que son las batallas actuales. Los valores no cambian. En ocasiones, sin embargo, veo el resultado de las acciones que emprendí hace años, cuando hago pequeñas acciones como una realizada hoy, que solo demuestra voluntad aunque la gente ni se entere.

Por otra parte hay cosas que siguen igual y de las que dar detalles no viene al caso.

Sigo trabajando en esquemas de nodos, y teniendo que borrar párrafos que  se relacionan en los sueños y las promesas que estoy cumpliendo. Eso es lo que se esconde en «el ensoñar» de Castaneda. Y algunos piensan que pensar en los muertos sirve a alguien; o que idealizar a razas muertas sirve de algo.

¿Porqué es tan difícil entender que el si el futuro puede ser evolución, esta no tiene que reflejar el pasado?

Lo probable es que el pasado de «pueblos idealizados» y la evolución son opuestos, por lógica elemental.